de E. NICOLÁS SASU LARRUBIA.
Por desgracia los ataques terroristas se han convertido en algo frecuente en el mundo. Francia, Bélgica, Afganistán solo han sido algunos de los muchos países que se han visto afectados por los atentados que ha llevado a cabo el ISIS.
Como muchos saben, en tan solo 12 días, el mundo centrará sus ojos en uno de los eventos deportivos más importantes, los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. Dicho acontecimiento atraerá a diez mil atletas y cientos de miles de turistas extranjeros.
No hay dudas de que por tratarse de un mega evento internacional, incluso con un alcance más grande que el Mundial de Fútbol de 2014, resulta imprescindible la alerta contra cualquier amenaza terrorista. Es por eso, que en Brasil han decidido, como dice la famosa frase, “Más vale prevenir, que lamentar después”. Y al parecer, las sospechas de ataques terroristas parecen ser ciertas.
Hace unos días, en Río de Janeiro, fueron detenidos 10 miembros de un grupo islamista que estaba organizando ataques terroristas. La Policía Federal de Brasil anunció en un comunicado que los sospechosos pertenecen a un grupo llamado “Defensores de la Sharia” y que planeaban adquirir armamento para cometer crímenes en Brasil y en el exterior. Los detenidos fueron trasladados a una prisión de máxima seguridad de Mato Grosso do Sul, donde se encuentra arrestado Fernandinho Beira Mar, el mayor capo narco brasileño.
Según sostuvo el ministro de Justicia, Alexandre de Moraes, en conferencia de prensa, “Los 10 se comunicaban por Telegram o WhatsApp. Algunos hicieron un juramento por internet» (al ISIS), «pero no hubo ningún contacto personal» con el grupo islámico. A su vez calificó al grupo como una «célula desorganizada» y «amateur». Con respecto a la seguridad de los JJ. OO declaró que «El riesgo sigue siendo el mismo” y que “hay una probabilidad mínima de que haya un acto terrorista en las Olimpíadas en Rio», pero que no iban “a esperar ni un milímetro de ningún acto preparatorio, ni de una célula desorganizada como ésta para realizar arrestos”. Tanto La Agencia Brasileña de Inteligencia (ABIN) como la Policía Federal, trabajan junto a servicios de inteligencia extranjeros, para evitar que ocurra alguna catástrofe.
De todas formas, desde el Gobierno de Brasil están convencidos de que la seguridad de los Juegos no corre peligro. Según declaraciones de Leonardo Picciani, el ministro de Deportes de Brasil, “el gobierno está absolutamente convencido de que los juegos serán seguros”.
A pesar de todo, la noticia del arresto de la cédula terrorista no habría caído bien a muchos turistas extranjeros. Según la prensa de Brasil, al menos unas 20.000 personas habrían cancelado sus reservas en hoteles en Rio de Janeiro. «El propio gobierno trabaja con la información de que 20.000 personas cancelaron reservas en hoteles para los Juegos por causa de las noticias», según dijo Folha de Sao Paulo.
Actualmente, Brasil está viviendo uno de los momentos más difíciles de los últimos años. No solo por el Impeachment a su presidenta Dilma Rousseff, sino por la gran crisis financiera que les impide afrontar correctamente su gran compromiso con los juegos olímpicos y paralímpicos. A todo esto, se les suma los posibles atentados por parte del ISIS. Esperemos que por el bien de todos y de Brasil, que todos estos problemas se puedan resolver y que los Juegos Olímpicos de Río 2016 sean un éxito.