Después de un año de parón forzado, Madrid vuelve a disfrutar del arte. Art-Madrid, Urvanity, Drawing Room e Hybrid Art Fair son las cuatro ferias de arte contemporáneo que han coincidido en la capital española en este último fin de semana de mayo. La esperanza de poder volver a la normalidad, después de muchos meses interminables de confinamientos y limitaciones, está representada por esta vuelta a la cultura, pasando por el arte contemporáneo y por el arte urbano.
En el Palacio de Cibeles ha tenido lugar Art-Madrid, que ha reunido 33 galerías que han expuesto las últimas creaciones de numerosos artistas nacionales e internacionales. Un año difícil que, por lo menos, ha sido aprovechado desde el punto de vista de la creatividad.
Entre las obras de esta feria, destacamos la producción artística de Marcos Tamargo, un pintor asturiano que trabaja creando piezas especialmente vitales, mediante la técnica que él mismo denomina Moveart. Se trata de lienzos que contienen dos obras distintas, una visible con la luz natural, y otra visible solo bajo la luz negra. El cambio es espectacular y destaca la originalidad y el talento del pintor.
En la feria fue posible también apreciar las creaciones de Diego Canogar, hijo de Rafael, uno de los principales representantes del arte abstracto en España. Diego Canogar es un escultor que trabaja con materiales como el bronce platinado o el hierro soldado, creando piezas que recuerdan motivos geométricos.
A pocos kilómetros de distancia, en el COAM de Madrid, tiene lugar la feria Urvanity, de nuevo arte contemporáneo de Madrid. Se trata de una feria diferente, más alternativa y con un público más informal. Entre DJs que pinchan en vivo, una sala fotocall que nos recuerda las creaciones de Keith Haring y paredes blancas donde los visitantes pueden expresar su creatividad dibujando en total libertad, se pueden apreciar las obras de artistas como el dúo valenciano Pichiavo, que mezcla el arte clásico con el grafiti, en una combinación sorprendente, tanto en sus pinturas que en sus esculturas.
En el último día de la ferie, ha sido posible charlar con Angelo Milano, el creador del festival Fame, que desde 2008, durante cinco años, reunió a artistas como Blu, JR, Escif, Os Gemeos y Vhils en un pequeño pueblo del sur de Italia. Un festival autofinanciado que llegó a tener un éxito enorme, hasta convertirse en una contradicción. La gente de este pequeño pueblo toleraba cualquier tipo de provocación. El festival llegó a ser un evento social que atrajo a coleccionistas de todo el mundo y que convirtió el festival en algo diferente, que Angelo ya no quería. Lo que nació como acto de provocación y de rebelión social, ya no representaba su esencia originaria.
Efectivamente, en la actualidad el arte urbano se ha convertido en una nueva expresión del arte contemporáneo, y su presencia en ferias, galerías y subastas es una constante. Obras que antes eran pintadas ilegales, ahora dan vueltas por el mundo. Esta semana hemos tenido la suerte de tenerlas en Madrid.