Corea del Norte y el comunismo selectivo de Kim Jong-un

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de ALEJANDRO GARCÍA ARCE.

Con la excusa de la celebración del 75º aniversario del nacimiento del padre del dictador norcoreano, los medios del régimen han difundido una serie de imágenes en las que se puede ver al líder comunista Kim Jong-un presentando en sociedad su nueva adquisición, que no es otra que un lujoso jet privado, un Antonov An-148 ucraniano que el gobierno asiático ha comprado recientemente y que ha decorado opulentamente con sillones de cuero y mesas de madera noble.

Parece que, en contraposición con los gustos de su padre, los aviones son una de las pasiones de Kim Jong-un, al que ya hemos podido ver a los mandos de alguno en varias ocasiones y que, este fin de semana se ha hecho fotografiar con su nuevo “juguete” sobrevolando la capital del país, Pyongyang, en lo que se supone era una inspección a la nueva construcción que se está llevando a cabo en la ciudad, nada menos que un complejo residencial para sus científicos, en lo que parece otra exhibición pública para mostrar al mundo su poderío.

Y es que el 16 de febrero fue uno de los días “grandes” de Corea del Norte, el “Día de la estrella brillante”, en el que se rinden diversos homenajes al ya fallecido Kim Jong Il, que gobernó el país desde el año 1994 hasta 2011, cuando falleció y fue sustituido por su hijo, el ahora máximo mandatario, que ascendió a más de 20 altos cargos militares, presentó sus respetos y depositó una ofrenda floral en el mausoleo de su progenitor como colofón a una jornada de fiesta.

Parece que las altas esferas de la dictadura coreana viven ajenas a la situación real que vive el país, donde 1 de cada 3 niños, aproximadamente, sufre malnutrición crónica, según un reciente informe de la ONU que, tras visitar “in situ” el país, presentó un informe público en el que se revelan unas cifras escalofriantes, ya que, este año, seguirán sin producir los alimentos necesarios para poder alimentar a toda la población. El bloqueo internacional, unido al aumento de los precios en materias primas y a los desastres naturales sufridos, hace que se prevea la falta de 1 millón de toneladas de comida para el 2015.

Por otro lado, la comunidad internacional es reacia a seguir enviando ayuda humanitaria a Corea del Norte y acusa al gobierno de almacenar todo lo recibido por temor a más sanciones y de utilizar los alimentos para abastecer a su numeroso ejército, formado por más de un millón de militares, y a sus máximos mandatarios. Mientras, el resto del país padece lo que ya se podría catalogar como una epidemia de hambruna y es que la ONU ya hizo saber que el año pasado alrededor de 6 millones de coreanos necesitaban ayuda de manera urgente.

El pulso entre Kim Jong-un y el resto del mundo parece no tener fin: ni las acusaciones por crímenes contra la humanidad, ni los bloqueos internacionales, ni el hambre de su pueblo parecen afectar al que se autodenomina como líder supremo, que sigue enfrascado en su excéntrica y fastuosa vida, muy alejada de la situación que vive su país.