La noche de la gala de los Premios Forqué ha visto como protagonistas las películas El buen patrón y Maixabel, que se llevan los trofeos al Mejor Largometraje de Ficción y/o Animación, y el Premio Forqué al Cine y Educación en Valores.
Además, sus intérpretes, Javier Bardem y Blanca Portillo, recibieron los galardones para las mejores interpretaciones masculina y femenina.
Fue también la noche de Hierro, la serie creada por Pepe Coira, que fue reconocida como la Mejor Serie de Ficción, mientras que Candela Peña fue la ganadora en Mejor Interpretación Femenina de Serie.
Antes de que empezase la gala, hemos tenido la oportunidad de charlar con algunos de los protagonistas del evento, para analizar la situación de la cultura en este año tan difícil, condicionado por la pandemia y por el parón obligado de cines, teatros y salas de conciertos.
Eduard Fernández, nominado a la mejor interpretación masculina por Mediterráneo -el premio ha sido ganado por Javier Bardem- espera que la gala de esta noche pueda ser un motivo para creer que la situación pandémica se va normalizando, y que se pueda volver a celebrar el cine, de manera que se pueda volver a promocionarlo. En un año que ha estado marcado por la pandemia, “lo primero es desear que el virus no vuelva, y que luego se pueda volver a ir al cine, al teatro, y a volver a rodar películas”. Personalmente, nos cuenta que tiene muchos proyectos interesantes, y desea poderlos realizar. De momento, nos asegura empezar a hacer la segunda parte de la serie 30 Monedas, dirigida por Álex de la Iglesia, además de volver al teatro con un monólogo, y volver a actuar en una película.
A Javier Espada, nominado por su documental Buñuel, un cineasta surrealista, -el premio fue finalmente concedido a 100 días con la Tata de Miguel Ángel Muñoz- le parece algo increíble estar nominado, porque el suyo es un documental sencillo, que nació como un trabajo para exponer en una conferencia en México, donde muchísima gente le animó a convertirlo en película documental. Él no se lo planteó hasta que, obligado por “el ángel exterminador” del Coronavirus a quedarse en casa, lo convirtió en un reto, obligado a dejar los proyectos en los que estaba trabajando. Y la emoción fue enorme cuando terminó estrenando en la sala Buñuel del Festival de Cannes, el más importante del mundo.
Cree que este documental está teniendo un recorrido increíble y que, en los Forqué, representa el reconocimiento de la industria española, de todos los productores que han apostado por este documental, y que lo hace sentir muy orgulloso por todo el trabajo realizado por su equipo.
Preguntado por la situación cultural española debido a la pandemia, sostiene que la reacción de la cultura ha sido muy contradictoria. Por un lado, los espacios culturales cerrados durante mucho tiempo, por otro, la demostración de la grande creatividad de los artistas españoles, que han hecho pequeñas series desde casa, que han aprovechado este parón para escribir nuevos proyectos, y que han conseguido dinamizarse y seguir siendo muy profesionales. Para la cultura y para la sociedad española entera, es un momento muy complicado, porque hay muchas necesidades. “La cultura –concluye- solo es un sector de muchos que están muy mal por culpa de la pandemia, y es importante, por parte del gobierno, intentar ayudar a todo el mundo”. Sin embargo, cree que la cultura no es un sector que dependa exclusivamente de las ayudas públicas.
Finalmente, hemos tenido también la oportunidad de hablar de música y de cultura con Ara Malikian y con su pareja Ana Moreno, productora, actriz y dramaturga española. Malikian, preguntado por la música de los años 80, que se homenajea en esta gala, cree que la música siempre crece y siempre evoluciona. Sin embargo, en aquellos años, hubo una verdadera revolución musical y cultural. Ana Moreno recuerda que en España el cambio fue tremendo, porque se venía de una dictadura, y de repente aparecieron los Almodóvares, los Nacho Vegas, los Alaskas, abriendo el camino a los que están aquí hoy.
La cultura, el arte, el cine, la literatura, son -según ellos- fundamentales, especialmente en este año tan complicado. “Prácticamente nos han salvado y nos han sanado, dado que para estar bien de salud debemos estar bien también de salud mental, y el arte sana la mente”. Con respecto a la ayuda a la cultura por parte del gobierno, Malikian cree que estas ayudas nunca son suficientes, y espera que un día, todos los políticos, sin diferencia ideológica, se den cuenta de que lo que hace feliz a la gente es la cultura. La cultura –concluye Ana Moreno- es un canal de comunicación entre todos los países, y es un espejo absoluto de la salud de una sociedad, y de su nivel tanto económico como cultural. No apoyar a la cultura, es realmente una insensatez profunda.
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