de IVÁN HERNÁNDEZ.

Comúnmente se dice que la historia será la encargada de juzgar tanto el presente como el pasado más reciente. Sin embargo, el dinámico ritmo de los acontecimientos que vivimos en la era de las tecnologías y la necesidad de convertir cualquier historia en algo comercial y rentable avala que no hacía falta esperar mucho más para llevar a la gran pantalla la vida de Edward Snowden, encarnado en la piel de Joseph Gordon-Levitt.

La producción de esta película va más allá de lo puramente cinematográfico, ya que el propio Gordon-Levitt tuvo que reunirse secretamente con Snowden en Rusia, donde permanece exiliado tras ser reclamado por los Estados Unidos para ser juzgado.

La imagen de un Snowden patriota prevalece sobre la teoría de un ciberespionaje ilegal, al menos en la película, aunque aún es pronto para saber cómo acabará la historia. Gordon-Levitt será el encargado de recrear las escenas más interesantes de la vida del ex agente de la CIA y la Agencia de Seguridad Nacional. Snowden, que no se sintió del todo cómodo con esta producción, apoya la causa con el objetivo de mantener viva su propia lucha contra lo que él entiende como violación de la privacidad y la intimidad. La excusa de la seguridad no es suficiente para él, nunca lo ha sido, y ahora, de la mano de la película, quiere que la gente se pare a pensar.

La película ha sido dirigida por Oliver Stone, ganador de tres premios Óscar con tres películas diferentes (mejor guion adaptado con “El expreso de medianoche” y mejor director con “Platoon” y con “Nacido el 4 de julio”). En esta ocasión, la película biográfica de uno de los personajes más famosos de los últimos tiempos cuenta con Kieran Fitzgerald y el propio Oliver Stone como guionistas. La historia original ha sido contada por multitud de periodistas y escritores, pero, sin ninguna duda, la adaptación cinematográfica será el punto de inflexión en una historia que parece, nunca mejor dicho, de película.

En el mundo en el que vivimos, interconectado por todos los puntos del planeta, con Internet como motor de todo, hubo un hombre que se atrevió a desafiar al sistema. Lo mejor de todo es que Edward Snowden lo hizo desde dentro. Él empezó el camino, y ahora le corresponde al resto de la sociedad, mediante este film, cuestionar las leyes de la privacidad, de la información, del ‘Open Data’, del conocimiento abierto… ¿Qué hacen las grandes empresas de la comunicación con nuestros datos? ¿Realmente estamos protegidos o empresas como Google, Apple, Facebook juegan un doble papel con los gobiernos?

Cuando en junio de 2013 Edward Snowden decidió filtrar a los medios de comunicación la información clasificada de la Agencia de Seguridad Nacional, su vida cambió por completo. Se volvió una vida de película. Como suele decirse, la realidad supera a la ficción, aunque esta es una historia a la que le falta mucho por escribir. Hoy, 14 de octubre de 2016, Snowden se estrena en las taquillas españolas con unas amplias expectativas sobre lo puramente económico, pero Oliver Stone va más allá, ya que reconoce que no ha hecho la película “por dinero”, sino para denunciar el sistema implantado a nivel mundial.