Dos mundos distintos que se cruzaron entre el 29 de abril y el 1 de mayo. En la misma ciudad salieron a la calle miles de personas, todo pasó en pocas horas y en pocos centenares de metros. Entre la plaza de Neptuno y la de Cibeles, entre la Gran Vía y la Puerta del Sol. Unos 72.000 socios alcanzados por el Atlético de Madrid, unos 96.000 por el Real Madrid; más de 546.000 parados (16,6%) declarados en la Comunidad de Madrid. Los organizadores de la manifestación del 1 de mayo, el día de los trabajadores, hablan de unos 60.000 manifestantes reunidos en la Puerta del Sol. En Londres más de 2.500 aficionados del Atlético han acompañado al equipo madrileño en la histórica empresa. Probablemente por esto la manifestación de los trabajadores que ha recorrido el centro de la capital ha contado con baja participación: estaban todos agotados por las numerosas celebraciones que en estos días se han registrado en la capital.

Al palco en la Puerta del Sol sube para hablar uno de los 861 trabajadores de TeleMadrid, afectados por el ERE, despido declarado improcedente por el Tribunal Supremo. Es solo una de las trágicas historias de los últimos meses, en una comunidad que ha visto cerrar muchísimas fabricas y empresas. Se añaden a la lista los 236 empleados de la fábrica de Coca Cola de Fuenlabrada que piden ser readmitidos después del despido de manera forzosa al comienzo del 2014.

Todos animan a la lucha por los derechos de los trabajadores. Lo importante – todos concuerdan en esto – es pelear para defender los derechos de los trabajadores, incluido el derecho a la huelga. Recuerdan que gracias a la firme huelga de los trabajadores sanitarios se evitó la privatización de 6 hospitales públicos. El 27 de enero, Ignacio González, presidente de la Comunidad de Madrid, tuvo que comunicar que renunciaba a la privatización de estos hospitales.
Además, fue debido a una huelga indefinida que el noviembre pasado llenó de basura las calles madrileñas durante 13 días, que se consiguió evitar el despido de 1.400 trabajadores de los 6.000 que trabajan en la limpieza de la capital.

Al día de hoy, por la calles ya no hay basura. En las calles, de momento, solo se habla de futbol. Alrededor del los estadios Santiago Bernabéu y Vicente Calderón suben los precios de las entradas en reventa. Hasta 5.000 euros por una entrada para la final de Champions League de Lisboa. Se disparan los precios, se anima la reventa. Una entrada puede valer hasta 7,70 meses de sueldo de un trabajador que recibe el salario mínimo en España, fijado por el gobierno en 645,30 euro al mes. Para quien hace reventa, se deben aprovechar al máximo las tres semanas que quedan hasta el 24 de mayo, día de la final. Ganar ahora para luego quedarse “parados” hasta el próximo evento: la final de la Copa del Mundo de Baloncesto, el 14 de septiembre en el Palacio de Deporte en Madrid.

Pero, será que en Madrid, ¿ se vive solo del deporte?