La carta del director.
Progreso es ver aumentar y no reducir los derechos de cada ser humano.
Progreso es vivir en un país donde se garantice a los seres humanos la posibilidad de vivir librados del temor y de la miseria, disfrutando de la libertad de palabra y de creencias, sin distinción de raza, orientación sexual o religión.
Progreso es vivir bien, teniendo la posibilidad de encontrar un trabajo que pueda gratificarte y que sea el resultado del largo recorrido de la edad escolar de cada individuo. Complace poder trabajar de lo tuyo, logrando llegar a un objetivo perseguido durante todo el periodo de formación cultural y profesional que es propio de cada persona.
Progreso es poder trabajar sin tener la necesidad de emigrar a otro país, teniendo que dejar a la familia y a las personas queridas para tener la posibilidad de hacer algo que, en un “sistema” que funciona, hubieras podido hacer tranquilamente en tu tierra.
Progreso es garantizar un subsidio mínimo a las personas que se quedan sin trabajo, dándoles la posibilidad de participar gratuitamente en cursos de formación que le ayuden a reinsertarse en el mundo del trabajo. El estado debe garantizar la recolocación del ciudadano en el sistema laboral y debe ayudarlo hasta que no le haya ofrecido la oportunidad de volver a trabajar, garantizándole nuevamente un salario mínimo.
Progreso es tener la posibilidad de vivir en una estructura adecuada. Las personas sin recursos deberían tener alojamiento y comida asegurados. Si una persona acaba viviendo en la calle, el estado debe suponerse culpable.
Progreso es recibir asistencia sanitaria gratuita, por lo menos para las enfermedades comunes o más graves, con gastos módicos en todos tipos de otras diagnosis, eximiendo del pago a las personas sin recursos.
Progreso es recibir una educación gratuita, por lo menos durante el ciclo obligatorio, incluyendo los libros entre el material dispensado gratuitamente a los alumnos, y con la posibilidad de recibir becas para los estudiantes sin recursos.
Progreso es recibir una educación pública, donde se aprenda a convivir en una sociedad multicultural y donde no se llegue a “recluir” a los alumnos con más recursos en colegios privados y onerosos. El estado debe garantizar una educación básica de calidad y evitar que haya una “migración” de la escuela pública a la privada.
Progreso es tener la posibilidad de manifestarte y expresar tu desacuerdo o malestar como ciudadano, libre de levantar la voz y decir tu opinión, recurriendo a la huelga o a cualquier otro recurso que tengas para manifestar sin temor tus consideraciones.
Progreso es tener un gobierno que sepa escuchar las opiniones del pueblo, que sepa hacer autocrítica y que sea capaz de dar marcha atrás, revisando una ley de común acuerdo con la oposición.
Progreso es votar una ley con la aprobación, aunque parcial, por lo menos de algunos miembros de la oposición. Aprobar una ley únicamente con los votos del partido que gobierna es un concepto lejano de la democracia.
Progreso es fomentar el desarrollo cultural de un individuo, en un entorno cultural laico. Reprimir la cultura, la filosofía y el debate ético a favor de la religión es un atentado a la capacidad de crecer intelectualmente y de desarrollar un pensamiento critico por parte de cada individuo.
¿Estamos en una fase de progreso de la Humanidad o de recortes y autoritarismo?