Lo que dejó el debate presidencial entre Clinton y Trump

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de E. NICOLÁS SASU LARRUBIA.

El próximo 8 de noviembre se llevarán a cabo las elecciones presidenciales en uno de los países más importantes del mundo, los Estados Unidos de América.

La razón por la cual dichos comicios son tan importantes para todo el planeta es debido a la gran trascendencia que tiene EEUU en aspectos políticos, económicos y sociales a nivel mundial. Muchas de las empresas más poderosas de todo mundo (medidas por temas de ganancias, ventas, activos y valor de mercado) son pertenecientes al país norteamericano. Esto lo convierte en uno de los principales motores económicos del planeta, sin olvidar que es el lugar que más investigaciones realiza y el que más tecnologías desarrolla. Y eso sin contar las exorbitantes cifras de dinero que se gastan para el presupuesto militar, para intervenir directa o indirectamente en casi todos los conflictos armados que por desgracia ocurren en el mundo.

Hace unos días se produjo el primer debate presidencial de estas elecciones 2016, entre Donald Trump (Partido Republicano) y Hilary Clinton (Partido Demócrata). Como algunos sabrán, la función de los debates presidenciales es darles la oportunidad a los candidatos para se definan, nos digan qué piensan y qué proponen, de una manera más directa. Este tipo de eventos nos permiten “deducir” quien es el candidato más apto para gobernar, según su solvencia a la hora de hablar y su capacidad para responder ante las preguntas/acusaciones planteadas por el rival.

Dicho evento fue visto por casi 100 millones de estadounidenses y ni hablar del público extranjero. Al ser el primero de los tres debates programados, la expectativa que había era muy grande, ya que, en varias ocasiones, este tipo de sucesos suelen marcar el rumbo de las campañas. La idea de cada candidato era equivocarse lo menos posible y mostrarse como el candidato más fuerte.

Según varios analistas políticos, durante el trascurso del debate, se vio a candidata demócrata más activa y más “agresiva”, obligando a multimillonario Trump, a adoptar una postura defensiva, más impaciente e incómoda de a momentos. Según María Ramírez de Univisión Noticias, «Donald Trump perdió este lunes la oportunidad de presentarse como un político más tranquilo y más serio en su primer debate contra Hillary Clinton. El candidato republicano resopló, adoleció de falta de preparación y reaccionó nervioso a las provocaciones de la demócrata». La ex Secretaria de Estado de los Estados Unidos, hizo mucho eco en temas que comprometieron al famoso magnate, asuntos como el lugar de origen de Obama, el maltrato a las mujeres y sobre el supuesto apoyo a la guerra de Irak. Hay que tener en cuenta que Clinton tiene mucha más experiencia en este tipo de campos que el candidato republicano, ya que desde joven ella tomaba cursos de oratoria en la universidad, lo que la convierte en una de las políticas con mayor experiencia en los Estados Unidos, al tener más de 20 debates en su haber. Pero también, cabe destacar que “Clinton desaprovechó una oportunidad para defender a los policías cuando le preguntaron si había prejuicios contra los afroamericanos… Trump fue capaz de culpar al gobierno actual (y a Hillary) por el crecimiento de ISIS…Punto final, Clinton estableció la pauta, pero Trump… logró sus puntos” según dijo Howard Kurtz de Fox News.

laturca-declaracionesDonald Trump por su parte, tuvo un buen comienzo cuando se refirió al comercio y a creación de empleo, el cual es un área que él domina y que es muy importantes para los estadounidenses, por el tema de los “inmigrantes ilegales”, entre otras cosas. Pero no tocó temas que hubieran incomodado a la candidata, como por ejemplo el escándalo del mal uso de los mails y por la frase “canasta deplorable”, con la que Hilary calificó a los votantes de su contrincante. Por otro lado, su pobre léxico y sus términos banales también le jugaron una mala pasada. Según Ana María Salazar, analista política, «En otro mundo, Hillary Clinton hubiera sido la gran ganadora, se nota su experiencia, que conoce los temas, Donald Trump en cambio habla con palabras de niño de cuarto de primaria”. Según las declaraciones de Trump: “Este país es un desastre, precisa ley y orden”. “Yo traeré empleos de vuelta. Tú no puedes”. “Yo tengo mejor temperamento para ser presidente. Soy un ganador, tu no”.

Los candidatos volverán a verse las caras el próximo 9 de octubre en Washington University, en la ciudad de St. Louis (Missouri). A diferencia del primer debate, en el segundo, los asistentes podrán preguntar a los candidatos.

A modo de conclusión, no sería correcto decir que Clinton fue la gran ganadora de la noche, sino que se podría decir que fue la menos perdedora. Por ahora la ventaja la tiene la política demócrata, pero aún restan 2 debates que podrían cambiar el rumbo a esta campaña que aparenta ser de las más impredecibles y hostiles de los últimos años en Estados Unidos. Esto es debido a todas las acusaciones y agresiones que ha habido entre candidatos y por las grandes controversias que se están generando en el pueblo estadounidense.

Más allá de quien sea el ganador, hay una pregunta que muchas personas se hacen, pero que lamentablemente casi ningún político de EE. UU decide abordar: ¿Qué sería de Estados Unidos, si en lugar de gastar tantos recursos en el plano militar, invirtiera en educación, investigación? Una pregunta para pensar y una respuesta que podría cambiar el mundo…