Las clases en la calle, de forma gratuita, por lo menos durante un día. Esta es la forma de protesta de la comunidad académica madrileña que tuvo lugar el pasado domingo en las calles y plazas de Madrid y provincia.
Miles de personas asistiendo al increíble número de clases organizadas por el profesorado, los estudiantes y el personal académico de las seis universidades públicas de Madrid, UNED y CSIC. Una programación muy amplia, a partir de las primeras horas de la mañana, para acabar con la puesta del sol. Programación en mano, repartida en orden alfabético, por universidades y facultades, da tiempo solo para apuntarse a unas actividades, repartidas por horario y lugar. Es imposible acudir a todas las clases. Los interesados se precipitan de una plaza a otra, de bares a centros culturales, hasta la escalinata de la Biblioteca Nacional. El tiempo de acabar con una clase y empieza la siguiente. Delante de la entrada principal del metro en Sol, en la Plaza Isabel II delante del Teatro Real, en varios lugares entre Tirso de Molina y Lavapiés. Estos son solo algunos de los puntos de encuentros establecidos para la original protesta. Personalmente no me da tiempo a ir a otros, es prácticamente imposible.
La iniciativa resulta ser un éxito, una gran cantidad de gente acude a las clases y resulta complicado repartir entre todos el material preparado por los docentes. Algunos traen una silla plegable desde casa, otros utilizan sus bicis para sentarse, aprender, y marcharse en seguida para llegar a tiempo a la clase siguiente. Hay muchos que toman nota de lo que explican profesores, investigadores y asistentes universitarios. En unos casos el profesor está acompañado por un voluntario que traduce el lenguaje de signos para los no oyentes. Al final de la clase no faltan las preguntas. Algunos preguntan por una bibliografía adecuada para profundizar en casa sobre el tema tratado. Entre una clase y otra toma la palabra uno de los tantos voluntarios, en la mayoría de los casos estudiantes, que han hecho que se lograse organizar esta jornada. Lee brevemente el documento redactado por el comité organizador, así que se puedan aclarar a todos las finalidades de esta jornada y los problemas actuales que más preocupan a quienes viven directamente, día tras día, el deterioro del sistema universitario.
Lo qué más preocupa es la subida de las tasas universitarias, con subidas de entre un 30% y un 50% en los precios de los Grados, y hasta un 200% en los Máster. Además se han reducido las becas de un 10% y se han recortado los gastos en investigación en más del 30%. Casi se han eliminado los fondos aportados para la Beca Erasmus y se ha reducido en torno a un 15% el presupuesto que la Comunidad de Madrid destina para las universidades públicas. Todo esto, afirman los organizadores de esta jornada, está justificado por el gobierno en la falta de ingreso. Pero, concluyen los portavoces del movimiento ¿cómo puede permitirse un estudiante pagar su carrera universitaria, con tasas así caras y sin la posibilidad de acceder a becas? Y ¿qué futuro espera a los precarios e investigadores universitarios, a quienes resulta siempre más complicado quedarse trabajando en la universidad, una vez que se acabe su contrato?
Hacía falta rematar estos conceptos y sensibilizar todavía más a los ciudadanos en referencia a los problemas en los que se encuentra la enseñanza pública. Gracias a esta iniciativa, seguramente se ha conseguido hacer este otro importante paso.