El periódico británico The Sunday Times y la televisión alemana ADR han destapado lo que puede ser el mayor escándalo de dopaje del atletismo y de la historia del deporte.
A pocos días de que den comienzo los Mundiales de Atletismo de Pekín los dos medios citados han tenido acceso a 12.000 análisis de unos 5.000 atletas de la Federación Internacional de Atletismo y los resultados, analizados por expertos en la materia, dejan unos datos sobre la mesa que no son nada alentadores, 1 de cada 3 medallas de Juegos Olímpicos y Mundiales desde 2001 hasta 2012 son sospechosas de dopaje.
De todas las medallas “manchadas” por la sospecha del dopaje, más del 37% son de oro, aunque estrellas de la talla de Usain Bolt o Mo Farah están excluidos de las investigaciones.
De los Juegos Olímpicos de Londres hay 10 medallas logradas por deportistas con resultados de los análisis dudosos, los países que lideran esta “lista negra” son Rusia, con 415 atletas, y Kenia, con 77 deportistas, los responsables de las federaciones de ambos se han desmarcado completamente de las acusaciones y contraatacan señalando que estas noticias son parte de una “campaña de desprestigio” contra sus atletas y su país.
Por su parte, el presidente de la federación internacional de atletismo, Lamine Diack, ha negado con rotundidad que se intente tapar cualquier escándalo de dopaje, tal y como han señalado los dos medios que han publicado estas noticias, el periódico británico The Sunday Times y la televisión alemana ADR.
Las dos pruebas con más atletas “sucios” son 1.500 metros y 20 kilómetros marcha, y más de un tercio de los mejores tiempos en carreras de fondo han sido logrados por deportistas bajo sospecha.
Se espera que en los próximos días la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF) emita un comunicado al respecto e incluso se espera que pueda tomar medidas judiciales al respecto.
Lo que queda en evidencia es que, a pesar del endurecimiento de las medidas contra el dopaje tomadas en la última década en todos los deportes, con controles aleatorios de sangre y orina en competiciones de todas las disciplinas, los escándalos no paran de sucederse año tras año.
Esta última polémica se suma al caso FIFA que pone al entredicho a los altos directivos del fútbol mundial, acusados de corrupción y de “vender” los mundiales al mejor postor, con el de Rusia 2018 y Qatar 2022 en el foco de las investigaciones internas, destapadas por los propios miembros del organismo.
Parece que está siendo un mal año para el deporte, seguiremos de cerca como se resuelven lo que son los dos casos más bochornosos de nuestra historia.