Dilma Rousseff, destituida por el Senado de Brasil

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de E. NICOLÁS SASU LARRUBIA.

Luego de varias horas, el Senado brasileño decidió finalmente este miércoles destituir a Dilma Rousseff tras un largo proceso de impeachment, que finalizó con una votación en la que 61 de los 81 senadores votaron a favor de la salida de la mandataria. Para lograr dicho suceso se necesitaban solamente 54 votos, es decir 2/3 del total. A pesar de esto, Dilma conservará sus derechos políticos, ya que luego de una segunda votación no se lograron los votos que se necesitaban para poder inhabilitarla por 8 años de ejercer nuevos cargos públicos.

Así, la votación constituyó el último capítulo de un largo proceso de impeachment que había comenzado el 2 de diciembre del año pasado. A Dilma se la acusa de maquillaje de fondos públicos, con el fin de ocultar el déficit presupuestal.

Es la segunda vez en 31 años de democracia brasileña, que un presidente es sometido a un proceso de impeachment. El primero fue Fernando Collor de Mello en la década de los 90 que, tras ciertas acusaciones de corrupción, renunció a la presidencia antes de que el Senado comenzara el proceso de juicio político.

De este modo se pone fin a 13 años de gobierno del Partido de los Trabajadores (PT). Su sucesor será el propio vicepresidente Michel Temer, quien permanecerá en el poder hasta fines del 2018. Cabe aclarar que dicha persona, forma parte del Partido del Movimento Democrático Brasileiro (PMDB) y no del propio “PT”. En la actualidad, la relación entre ambos partidos no es buena. En marzo de este año, el PMDB había roto la alianza con el PT, unión que los había llevado a la propia presidencia de Brasil.

Según sostuvo la actual expresidenta, «El error más obvio que cometí fue la alianza con una persona que, explícitamente, frente al país entero, adoptó actitudes de traición y usurpación». A su vez declaró que “se trata de una elección indirecta clara, en la que 61 senadores sustituyen a la voluntad expresada por 54.500.000 votos. Es un fraude”. “El golpe es contra el pueblo y contra la nación. El golpe es misógino. El golpe es homofóbico. La estafa es racista. Es la imposición de la cultura de la intolerancia, los prejuicios, la violencia”. Pese a ello, Dilma anunció que no se dará por derrotada: “se creen que nos ganaron, pero están equivocados. Sé que todo el mundo va a luchar. Habrá más firme oposición contra ellos, incansable y llena de energía de un gobierno que sufrió un golpe de estado”. Además, Rousseff insistió en que ese «golpe parlamentario» se apoya en acusaciones que no han sido probadas. Por el lado de Temer, acusó a la ex mandataria de golpista y que no respeta a la propia Constitución.

laturca-Dilma-RousseffHoras después de haberse conocido el fallo del Senado, el político del PMDB hizo el juramento de su nuevo cargo, en una ceremonia que se llevó a cabo en el palacio de Planalto, sede del poder ejecutivo del Gobierno Federal brasileño, en Brasilia. Su primera tarea como presidente oficial, será viajar a China para asistir al G-20.

De todas formas, no todas son buenas noticias para Michel. Deberá afrontar varios problemas que sin dudas condicionarán a su mandato. En primer lugar, su imagen negativa. Según una encuesta realizada por el instituto Ipsos, el 70 por ciento de los brasileños desaprueban su gestión.

En segundo lugar, su implicancia con el Caso Petrobras, uno de los escándalos de corrupción más grandes de la democracia de Brasil. Temer está acusado de pedirle dinero al ex titular de la empresa estatal Transpetro, para que le ayudara a financiar campañas de un candidato a alcalde de su partido político en 2012.

En tercer lugar, será el tema con respeto al Producto Interno Bruto. Según el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), el PIB continúa cayendo. De seguir sería el segundo año consecutivo que Brasil se encuentra con un PIB en baja (en 2015 el Producto Interno Bruto se contrajo un 3,8%). A su vez dicho país enfrenta la cifra de, ni más ni menos que 11 millones de personas en desempleo. Eso, sumado a la inflación que sigue en alza.

Por último y, en cuarto lugar, su relación con mandatarios del Sudamérica. La destitución de Dilma no cayó nada bien en algunos políticos, tales como Rafael Correa (Presidente de Ecuador), Nicolás Maduro (Presidente de Venezuela), Evo Morales (Presidente de Bolivia), Tabaré Vázquez (Presidente de Uruguay) y Cristina Kirchner (ex presidenta de Argentina), entre otros. Además, el retroceso económico de Brasil, jugará un papel determinante en los países del Mercosur, que probablemente vean afectadas sus economías.

De este modo, Temer tendrá la difícil tarea de “reactivar” a un Brasil que se ha visto consumido por malas decisiones políticas, escándalos de corrupción, por el gran descontento del pueblo brasileño y por las enormes cantidades de dinero que se gastaron para poder llevar a cabo el Mundial de Fútbol 2014 y los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016.