Colombia: En búsqueda de la “paz”

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de E. NICOLÁS SASU LARRUBIA.

Como algunos sabrán, hace unos días día se dio a conocer el tan prestigioso y famoso premio Nobel de la Paz. Dicho premio se lo entrega a la persona que “que haya trabajado más o mejor en favor de la fraternidad entre las naciones, la abolición o reducción de los ejércitos existentes y la celebración y promoción de procesos de paz”. Para sorpresa de muchos el galardón se lo llevó el Presidente de Colombia, Juan Manuel Santos “por sus grandes esfuerzos para finalizar la guerra civil de más de 50 años en Colombia”. La decisión dejó asombrada a mucha gente, debido a que tan solo unos días atrás, en Colombia se había celebrado un referéndum en el cual ganó el NO al acuerdo de paz con las Fuerzas Revolucionarias Armadas Colombianas (FARC).

El conflicto armado colombiano es una lucha que lleva más de 50 años y que, a pesar de los múltiples intentos de paz, aún en pleno año 2016 no se ha podido llegar a la armonía definitiva. Dicho enfrentamiento se ha llevado la vida de más de 260.000 colombianos, muchos de ellos eran civiles. Y eso sin tener en cuenta los miles de desaparecidos, los millones de desplazados, las violaciones, torturas, secuestros, entre otras cosas.

El enfrentamiento no tiene una fecha específica, pero se remonta al año 1948 con el asesinato de Jorge Eliecer Gaitán Ayala (candidato a presidente del Partido Liberal 1946-1948). Su muerte en Bogotá generó enormes protestas populares a nivel nacional conocidas como El Bogotazo, y el inicio de un período conocido en la historia del país como “La Violencia”. Dicho enfrentamiento entre el Partido Liberal y el Partido Conservador duró 10 años y se cobró la vida de más 200.000 personas. En 1957, para poner fin a esta década de violencia, ambos partidos formaron una coalición llamada “Frente Nacional”. Mediante este acuerdo los dos partidos acordaron alternarse el ejercicio del poder apoyando a un único candidato presidencial y dividiéndose todos los cargos oficiales por igual. De esta manera se logró estabilidad política por 16 años (1958-1974). A pesar de ello, los conflictos no cesaron. Entre 1964 y 1974 se formaron las guerrillas de las FARC, el Ejército Nacional de Liberación (ELN) y el Movimiento 19 de abril (M19). Dichas organizaciones de corte comunista con inspiración marxista-leninista, luchaban contra la injusticia, la falta de empleo y oportunidades, la desigualdad, la falta de tolerancia, la indiferencia, la corrupción, la exclusión política y por el dominio de las tierras. Al principio no contaban con capacidad militar pero todo cambio cuando el narcotráfico y la venta de cocaína permitió financiar ejércitos armados y poderosos que poco a poco fueron ampliando sus frentes con extorsión y cocaína. En adelante sucedieron todo tipo de sucesos violentos, dentro de los cuales se encuentran asesinatos a líderes políticos, la toma del Palacio de Justicia en 1985, la destrucción del avión de Avianca en 1989, los atentados de 1993, 2003 y 2008, entre otras cosas. El terror invadió Colombia por mucho tiempo. Muchos presidentes por varios años intentaron llegar a acuerdos de paz con las guerrillas, los cuales a la larga quedaron en la nada.

En el año 2000, Estados Unidos comenzó a proveer asistencia técnica y económica en la lucha contrainsurgente y antidrogas, en el marco del Plan Colombia, inyectando en 15 años unos US$ 10.000 millones en el país. Esto generó la modernización de las Fuerzas Militares y Policía, que hoy suman cerca de medio millón de efectivos. Pero también hacia el año 2000, las FARC alcanzaron su mayor capacidad militar, con unos 20.000 hombres en armas.

Durante el gobierno de Álvaro Uribe (2002-2010) se lanzó una intensa ofensiva contra las FARC, la cual incluyó bombardeos a campamentos rebeldes. Esto permitió diezmar a las fuerzas guerrilleras y matar a varios de sus máximos líderes

EL 26 de agosto de 2012, en La Habana Cuba, se firmó el acuerdo general para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera, entre el gobierno de Juan Manuel Santos y las FARC, dando inicio al proceso de negociación. Ya en pleno 2016, se realizó un referéndum en el cual el pueblo validaría o no, el acuerdo firmado con las FARC. Para sorpresa de muchos, fue triunfo del ‘no’ con 6.431.376 votos, equivalentes al 50,21%, contra el «sí», que se quedó con 6.377.482 sufragios, el 49,78 % de las 12.808.858 papeletas válidas emitidas. Hay que tener en cuenta que hubo un 62,57 % de abstención por parte de los colombianos para ir a votar. Según declaró el presidente colombiano: «Yo los convoqué a que decidieran si respaldaban o no el acuerdo para la terminación del conflicto con las FARC, y la mayoría, así sea por un estrechísimo margen, ha dicho que no. Soy el primero en reconocer este resultado». «Mañana mismo convocaré a todas las fuerzas políticas, y en particular a las que se manifestaron hoy por el ‘no’, para escucharlas, abrir espacios de diálogo y determinar el camino a seguir». A su vez aprovechó para disipar miedos al manifestar que alto el fuego y de hostilidades bilateral y definitivo “sigue y seguirá vigente”.

El principal líder opositor es justamente el expresidente Álvaro Uribe, quien ha criticado duramente el acuerdo alcanzado con las fuerzas guerrilleras. «Queremos aportar a un gran pacto nacional. Nos parece fundamental que en nombre de la paz no se creen riesgos a los valores que la hacen posible: la libertad, la justicia institucional, el pluralismo, la confianza en el emprendimiento privado, acompañado de una educación universal, de calidad, como cabeza de la política social».

Encontrar la paz en un país que ha sufrido tantas aberraciones, como lo es Colombia, no es un proceso sencillo. Incluso llegando a un acuerdo con las FARC, aun faltaría hacerlo con el ELN, con los cuales hay pocos avances. Además, hay que tener en cuenta que el pueblo se encuentra dividido entre dos posturas, las cuales representaré en dos comentarios de colombianos que se manifestaron sobre el premio Nobel de la Paz de Santos: <<Aunque nuestros corazones sigan adoloridos hay que perdonar, porque sé qué en lo más sincero de nuestro sentir preferimos una paz injusta a seguir con esta guerra «justa”>> y <<No se puede negociar con grupos terroristas que desde sus comienzos atentaron contra el bienestar de toda Colombia. El acuerdo de Santos es un engaño que intenta refugiarse en una máscara de paz, cuando a en realidad solo generará más beneficios para las guerrillas que para el propio pueblo>>.

Pero lo que sí que es innegable, es que poco a poco, por más mínimo que sea el avance, Colombia se acerca hacia el camino de la paz y prosperidad social, económica y política. El tiempo dirá el resto…

«No me rendiré y seguiré buscando la paz hasta el último día de mi mandato porque ese es el camino para dejarle un mejor país a nuestros hijos»(cit. Juan Manuel Santos)