Es uno de los padres del arte urbano, desde los años ‘80 cuando empezó a pintar ratas por las calles de París, mediante la técnica de la plantilla “stencil”. Nos cuenta su evolución artística y su decepción por la política actual.
– ¿Qué te inspiró a comenzar tu carrera como artista urbano?
Empecé cuando tenía veinte años, vengo de una familia de artistas: mi padre, mi tío, mi abuelo…todos pintaban, o estaban relacionados con el arte. En 1971 empecé a estudiar en una escuela de bellas artes de París, para luego pasar a arquitectura, y fue inspirado por las pinturas de Dalí y del pintor británico David Hockney.
Para mí, lo más importante ha sido bajar a la calle y pintar grafitis. Me atraían los grafiteros americanos, y cuando viajé a Nueva York, en 1972, me fascinaron los grafitis que llenaban su metro y la ciudad entera. Así que empecé a pintar ratas, dado que París está lleno de ratas. Recuerdo que mi sótano estaba lleno de estos animales, como también estaba lleno el metro. Así que me empezaron a fascinar: cómo se buscan la comida, cómo viven juntas. Y es increíble como, cuarenta años después, esta ciudad siga invadida por las ratas.
– ¿Cuál es el mensaje o tema principal que buscas transmitir a través de tu arte?
Es un mensaje social, no es un mensaje político. Me interesa más el ámbito social que el político. De joven, me interesaba la política, pero ahora estoy muy decepcionado. Muchos artistas tienen una connotación política, yo no quiero tener esta connotación. Ya no creo en la política, ya no creo en los políticos, he dejado de ir a votar.
– ¿Qué procesos sigues para crear una nueva obra?
Es un proceso continuo, el de cada artista, que se basa en su técnica y que la va entrenando. Es una práctica continua, como los músicos que tocan el piano. En mi caso, trabajo todos los días, siete días a la semana, no me tomo unas vacaciones, no quedo con mucha gente, puedo estar un mes entero sin ver a nadie, salvo a mi familia más cercana. En este momento no necesito tener una vida social. Me siento más feliz ahora que de joven, cuando estaba siempre con mucha gente. Ahora estoy centrado en mi trabajo, que es una de las cosas más importantes de mi vida.
– ¿Cómo ha evolucionado tu arte a lo largo de todos estos años?
Mi trabajo ha evolucionado. No ha cambiado mucho, pero ha cambiado. Cuando empecé era más rebelde, y esto se reflejaba en mis obras. Mi técnica y mi estilo han cambiado, pero sin modificar la esencia de mi trabajo. Se puede notar comparando las obras de mis primeros años con las de esta última década.
– ¿Cómo eliges las ubicaciones de tus murales? ¿Intentas relacionar tus obras con estos lugares?
Claro que sí. El lugar es muy importante. Es verdad que, especialmente en los primeros años, pintaba en cualquier lugar, sin darle mucha importancia. Pero ahora estudio el edificio y su arquitectura, y el entorno. Siempre intento conectar mi obra con este entorno.
– ¿Qué papel crees que juega el arte urbano en la sociedad?
El arte urbano influye en la sociedad. En todo el mundo hay miles de artistas urbanos que con sus trabajos inciden e intervienen en la sociedad. Se trasmite siempre un mensaje, que sea crítico o de amor. Yo no soy el primero en hacer esto. Empezaron los antiguos. Ya en Pompeya se pintaban las paredes, trasmitiendo un mensaje social. A mí no me gusta dejar un mensaje negativo, siempre intento ser positivo.
– Cuando ves que el arte urbano se convierte en un negocio de ricos, ¿qué piensas?
Creo que es algo normal, lo asumo y lo acepto. Cada obra tiene su valor. Todos nosotros artistas creamos arte y creamos movimientos, como el Pop Art, y todo esto tiene un valor. Es totalmente normal y yo mismo soy feliz de ser valorado también a nivel económico. Esto pasaba ya con los artistas de la Florencia de Los Medici. Forma parte del trabajo de un artista.
– Si piensas en los conflictos actuales y en los genocidios en acto, ¿cómo les representarías a través del arte urbano?
Estoy totalmente en contra de cualquier tipo de violencia. Mi último show en Londres fue sobre “War and Peace”. Nací pocos años después de la Segunda Guerra Mundial, mi padre fue prisionero en Alemania durante cinco años, mi abuelo luchó en la Primera Guerra Mundial. Toda mi vida ha sido condicionada por estas guerras. En mi casa se hablaba siempre de la guerra y de vivencias horribles. Mi mensaje sólo podría ser contra cualquier tipo de violencia.
– Una pregunta sobre la política francesa: ¿Cómo ves la situación actual en Francia, el auge de la extrema derecha y la situación de bloqueo político actual?
Es una situación terrible, especialmente desde el punto de vista económico. Como te he dicho, ya no creo en los políticos, pero creo que necesitamos más expertos de economía y de educación, y no políticos que sólo piensan en sus intereses. Estoy disgustado, pero lo que más me preocupa es la situación económica de Francia.
– Hace pocos días estuviste en Madrid. ¿Hay algún proyecto previsto en esta ciudad?
La última vez que había estado en Madrid fue hace muchos años, y he visto que en estos años ha cambiado muchísimo. Me gusta esta ciudad, me parece que se vive muy bien allí. Ahora estoy preparando un proyecto con una persona que vive en Madrid y vine para encontrarle. Estuve tres días y he visto que allí hay mucho arte urbano. Es algo nuevo para mí. Antes no había tantos grafitis. Cuando vine hace años, vi por la calle que alguien se firmaba “Bleck la rata”. No llegué a quedar con él pero tuvimos la posibilidad de contactarnos y le pregunté por qué se firmaba así. Me dijo que había estado en París y visto mis obras, y quiso hacer lo mismo en Madrid. En aquellos tiempos yo no era muy conocido.
Volviendo a tu pregunta, de momento no tengo ningún proyecto previsto en esta ciudad.
– He elegido una obra en concreto que me gustaría que nos explicaras qué nos representa: Rope Pulling.
Se trata de jóvenes inocentes, de diferentes culturas, niñas y niños que juegan sin tener ningún tipo de conflicto racial. Es una obra que intenta mandar un mensaje antirracista.